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Navegando en…Estambul

Continuando con uno de mis anteriores posts y, aprovechando que se acerca el puente de San Isidro, recomiendo a aquellos madrileños que puedan que se acerquen a Estambul. En principio el tiempo debería acompañar, de hecho la primavera es una de las épocas recomendadas para visitar esta ciudad. Todavía no abrasa el calor del verano y la temperatura es ya agradable, una vez superado el frío invierno. Además, cuatro días es tiempo suficiente para una primera aproximación a la capital de Turquía.

Es de sobra conocida la rica herencia que posee la ciudad, crisol de culturas y capital de importantes civilizaciones. Resulta interesante fijarse en las murallas romanas, mientras nos dirigimos a algún punto de la ciudad en uno de sus intrépidos taxis. Es por supuesto imprescindible dedicar un buen rato a visitar Santa Sofía, maravilla bizantina del s.VI, construida por orden de Justiniano con el ambicioso propósito de superar todo lo hecho hasta el momento, incluído el templo de Salomón. Otros testimonios vivos de esta época, son la Kariye Camii, antigua iglesia de San Salvador de Cora y la Yerebatan Sarayi. La primera, a las afueras de la ciudad, contiene increíbles frescos y mosaicos, la segunda es una cisterna subterránea, bosque en penumbra de columnas y agua. Además, no debemos olvidar el famoso legado otomano: El Palacio de Topkapi con su precioso harem y su valioso tesoro y dos importantes mezquitas: la de Sultanahmet o mezquita azul y la Suleymaniye o mezquita de Suleimán. Finalmente y para completar nuestra lista de imprescindibles, sólo nos faltaría perdernos en el Bazar Egipcio o Bazar de las Especias y en el Gran Bazar, perfectos escenarios para cualquiera de los cuentos de Las Mil y Una Noches.

Sin embargo, si hay algo que hay que disfrutar en Estambul, que estuvo ahí desde el principio y que siempre permanece, es el Bósforo. Sus orillas se poblaron primero de aldeas de pescadores, dicen incluso que en una de ellas vivió Kavafis, autor del poema Ítaca. Posteriormente, en el s.XVIII, los otomanos supieron ver la singular belleza de estos enclaves y los transformaron en lugar de veraneo y descanso.


Cómo dice el Premio Nobel de Literatura Orhan PamukEl espíritu y la fuerza de Estambul le vienen del Bósforo”. Así, mientras la ciudad es un ir y venir desordenado y ruidoso de gentes y vehículos, que llegan a aturdir al viajero, el Bósforo es una fuente de tranquilidad, sosiego y energía: el mar, las costas de Asia en el horizonte, las casitas en las colinas y algunas barcas de pescadores aquí y allá. El espacio abierto te hace sentirte libre, te permite disfrutar de un momento de respiro, mientras avanzas con fuerza contra el oleaje y las medusas. Una vez sales del puerto, de la realidad del día a día en la gran urbe, puedes dejar volar tu imaginación hacia el pasado: La Torre de Gálata de origen genovés, las siluetas de las mezquitas y del palacio de Topkapi que recortan el horizonte, el decadente lujo de la época de los sultanes bajo la forma de elegantes construcciones como el palacio de Dolmabahce del s.XIX y la archiconocida mezquita Ortakoy, que aparece en todos los carteles publicitarios de Turquía.

Es impresionante ver atardecer desde el Bósforo, contemplar el horizonte anaranjado entre los minaretes de las mezquitas. De nuevo, como dice Orhan, “La vida no puede ser tan mala. Cuando al menos uno siempre puede ir a darse un paseo por el Bósforo.”
El colofón final para el disfrute del Bósforo, es cenar en un restaurante de moda con vistas al mismo. Ya de noche, las luces, el mar, y tantos y tantos siglos de historia a tu alrededor, impresionan y tienes la sensación de estar en un lugar único.


Consejos Prácticos:

Para coger un barco que te lleve al Bósforo, debes dirigirte al Embarcadero Sirkeci-Eminönü, al que se puede llegar en tranvía desde Santa Sofía. Allí, podrás tomar uno de los barcos motores públicos, que van de orilla a orilla. Este es el transporte que utilizan los turcos y por ello resulta, quizá, más auténtico. Otra manera de surcar estas aguas, es contratar una excursión. En la puerta de Santa Sofía, se ofrecen excursiones que te llevan en autobús al puerto, donde se coge un barco motor que realiza un paseo guiado. Durante el trayecto podrás probar el delicioso té de manzana y realizar una pequeña parada en el lado asiático. Esta opción, más turística, es quizá más apropiada si lo que pretendes es desconectar un rato y soñar con otras épocas.

A la hora de elegir restaurante, os recomiendo acercaros a la parte moderna de Estambul, así descubriréis que la ciudad no está anclada en el pasado y que es también una metrópoli de nuestro tiempo. Desde la plaza Taksim y siguiendo la Istiklal Caddesi, podemos dar un paseo hasta el restaurante del Hotel Marmara Pera, el Mikla. Es un local todo ventanales y ambiente fashion, con una terraza donde tomar una copa, cuyas vistas te dejan sin habla. El pescado es delicioso, yo probé el emperador, era enoooorme y estaba buenísimo. En mi opinión, para lo que ofrece, no resultó nada caro si comparamos con los precios de Madrid. Eso sí no pedimos vinos. ¡Ah! ¡Y es conveniente reservar!


Esta es la dirección:
Último piso del Hotel Marmara Pera
Mesrutiyet Caddesi 167-185 Beyoglu
Y estas las vistas…


9 Comments »

  1. moonriver dijo,

    mayo 12, 2008 @ 1:36 pm

    Suena muy romántico,así que me esperaré un poco para hacer este viajecito. 😉
    PD:Tenías que haber puesto alguna fotito del restaurante.

  2. Susana dijo,

    mayo 13, 2008 @ 9:52 pm

    Tus deseos son órdenes…je,je. Ahí van unas fotitos…

  3. moonriver dijo,

    mayo 14, 2008 @ 7:32 am

    ¡Gracias wapa! Vaya vistas. ¡Yo quiero ir!

  4. Tawaki dijo,

    mayo 14, 2008 @ 3:24 pm

    He paseado por todas tus entradas y creo que me lo pasaré muy bien siguiéndote la pista.

    Estambul me falta, al igual que Japón, pero intentaré ponerle remedio un día de éstos.

    Un abrazo.

  5. juana dijo,

    mayo 21, 2008 @ 11:55 am

    Yo fui en un barco un día con visita establecida y al día siguiente fui por mi cuenta por la décima parte del precio desde la estación.Estoy totalmente de acuerdo en que un atardecer desde un barquito en el Bósforo es un espectáculo tan incomparable que no puedes olvidarlo jamás.
    Y luego la ilusión que hace en ISTANBUL poder desayunar en Europa,comer en Asia y cenar en Europa otra vez.Ciudad maravillosa.Hace 17 años que no la veo.gero arte,mi niña.

  6. Susana dijo,

    mayo 22, 2008 @ 5:41 am

    Gracias por tu comentario Tawaki, me alegro de que hayas ojeado mi blog, ¡yo sigo el tuyo a diario!

    ¡Bienvenida de nuevo al blog, Juana!Ya echaba de menos un comentario tuyo:)
    Estoy de acuerdo contigo, parte de la magia de Estambul proviene sin duda de su especial situación, ¡a caballo entre dos continentes!

  7. Anonymous dijo,

    mayo 24, 2008 @ 11:50 am

    hola,
    que bonito es tu blog.

  8. chus dijo,

    mayo 30, 2008 @ 7:07 pm

    Que bien descrito está todo, ahora solo queda ir y seguir el itinerario y las recomendaciones que das. Besos.

  9. JAVIER ADAN dijo,

    enero 23, 2009 @ 3:47 pm

    INTERESANTE RELATO
    TE AGREGO A MI BLOG

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Susana

¡Hola! ¡Bienvenidos! ¿Os cuento algo sobre mí? ¡Me encantan los viajes! Y leer y el cine y el teatro y la fotografía... ¡Y recomendar lugares y experiencias a los demás! De ahí este blog en el que todos los consejos e imágenes, salvo que se especifique lo contrario, provienen de vivencias propias. ¡Espero que lo disfrutéis!

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