Ramadán en El Cairo/Ramadan in Cairo
Ya de día, la decoración de la ciudad nos anuncia una celebración generalizada, sus habitantes se preparan para la noche.
Es en efecto este último momento de la jornada el que revela esta fiesta en todo su esplendor: luces y lámparas, bullicio y multitud, aroma al tabaco de fruta de los narguilehs se extienden por doquier.
El barrio de Jan Aljalili es un sitio perfecto para disfrutar de esta celebración junto a los locales. De día, podemos pasear tranquilamente y sin agobios entre las tiendas del bazar. Además, si nos adentramos en la calle Bein Al-Qasrin, al final de la calle principal del bazar a la derecha, nos encontramos con unos preciosos alminares mamelucos que no podemos perdernos.
Perpendicular a esta calle y tras caminar unos metros se encuentra una callejuela, Darb Al-Asfur, donde podremos realizar la visita de Bait al Suhaimi una casa otomana de los siglos XVI y XVII, que constituye un ejemplo de las típicas casas de mercaderes de la época en la ciudad.
El Fishawi o Café de los Espejos es el café de visita obligada de vuelta al bazar, muy animado ya por la noche cuando todos los locales musulmanes se lanzan a la calle para celebrar.
Es uno de esos cafés con solera, donde acudía habitualmente el premio Nobel egipcio Naguib Mahfuz que precisamente en su obra Jan Aljalili nos habla del barrio.
«Segundo callejón a la derecha…Exactamente, aquel era… Tercera puerta a la izquierda, edificio número 7». Se detuvo un momento para echar un vistazo a lo que le rodeaba. La calle era larga y muy estrecha; a sus lados se levantaban edificios de planta cuadrada enlazados por pasadizos laterales que dividían la calle principal. Estos pasadizos y la calle misma se aglutinaban con las tiendas (…). Aquí y allá se sucedían cafés que no sobrepasaban el tamaño de una tienda. (…) el cielo, en muchas zonas, quedaba cubierto por los balcones que unían entre sí los edificios. (…) El viejo barrio, siempre respetuoso con el trabajo artesanal de antaño, hacía frente, con ancestral sabiduría, a los avances de la civilización moderna oponiendo a la alocada prisa de ésta la sabiduría tranquila del barrio (…).
Lo suyo es tomarse en el café un típico té árabe o unirse a la mayoría y disfrutar del tradicional narguileh.
Otro lugar muy agradable y más tranquilo para disfrutar de la pipa de agua es la terraza de la tetería del Hotel Marriott, al aire libre los aromas del tabaco flotan en la noche del Cairo y nos proporcionan una inolvidable sensación.
¡Ramadan Karim a todos!
Este post se lo dedico, claro está, a tres grandes amigos que conocí de Erasmus: Nouha, Ahmed y Nayim.
moonriver dijo,
agosto 11, 2010 @ 6:50 pm
¿Te puedes creer que no me fumé ninguna pipa de agua en Egipto? ¡Vaya desastre!
La verdad es que tiene que ser toda una experiencia visitar un país árabe en la época del ramadán. Suerte que tienes de haber podido vivir algo así.
¡Besitos!
PD: Como siempres, las fotos son preciosas. 😉
Begoña dijo,
agosto 12, 2010 @ 5:50 pm
Me gustan los alminares mamelucos y la casa otomana, en cuanto al té árabe, creo que prefiero la tetería del hotel Marriott.
Hele dijo,
agosto 13, 2010 @ 11:26 am
Joooo, Susana, me has dado tanta envidia que yo también he contado "mi" Ramadán en mi blog.
Eso si, mis fotos son peores!!
Yo quiero ir a Egipto (bueno, con unas mini vacaciones me conformaría)
María dijo,
agosto 15, 2010 @ 7:21 am
vaya que envidia! me encantaría ir a El Cairo pero no me atrevo, no conozco nada de allí, no sabría como moverme, y tampoco conozco mucho de su cultura. En fin, a ver si un día me animo.
El post es un interesante, leer como lo describes todo es un lujo y las fotos muestran muy bien el ambiente 🙂
Susana dijo,
agosto 17, 2010 @ 10:31 am
¡Hola chicas!
Moonriver- Me encantó visitar El Cairo en Ramadán, había menos turistas y las noches fueron muy especiales tras la ruptura del ayuno, eso sí, algunos monumentos cerraban antes, ése fue el único inconveniente. No te preocupes por lo de la pipa de agua, jeje, así tienes un excusa para volver 😉 .
Begoña- La tetería del Marriott era muy elegante y el olor a tabaco de pipa delicioso, pero sin duda el té en El Fishawi resultó mucho más auténtico, jeje.
Hele- Me ha encantado el post sobre tu Ramadán en Túnez. ¡Recomiendo a todos mis lectores que se pasen por tu blog a leerlo! Egipto es un destino bastante asequible, seguro que puedes encontrar muy buenas ofertas para ir. De todas formas yo te recomiendo Nubia Tours que es la agencia especializada con la que yo fui y todo salió perfecto.
María-¡Qué bien que hayas vuelto por aquí! Egipto es un destino increíble y que ofrece múltiples posibilidades: templos salpicando el Nilo, El Cairo, el Mar Rojo… Si te animas a conocer un poco sobre su historia y costumbres y te atraen, te lo recomiendo sin duda. Además, puedes hacer un viaje organizado, igual así es más fácil que te animes.
¡Buena semana a todas!
Tawaki dijo,
agosto 19, 2010 @ 11:05 am
Navengando entre tus fotos me sorprende lo diferentes que son de las mías. Se ve que la diversidad genera riqueza.
Besos.
Susana dijo,
agosto 26, 2010 @ 7:14 am
¡Hola Tawaki!
He visto que tienes varios posts de Egipto con fotos increíbles, pero no he encontrado ninguno de El Cairo. ¡Si tienes alguno dímelo, que me apetece mucho leerlo!
¡Un besito!
Andrea dijo,
agosto 28, 2010 @ 5:39 pm
Para aquellos que no pueden ir al Cairo en Ranadán tienes que sugerirles ir a la Mezquita de Madrid. No es que sea muy bonita pero ir en Ramadán es algo único. Fuera, en los jardines, miles de comerciantes vendes hierbabuena y otras plantas aromáticas, y entrando en la mezquita, con la luz tenue de las velas, empiezas a oir a los hombres cantar…..
Chus dijo,
septiembre 1, 2010 @ 2:41 pm
Muy interesante como siempre. Las fotos muy bonitas.
Besitos.
Tawaki dijo,
septiembre 7, 2010 @ 3:25 pm
El de El Cairo lo tengo medio preparado, pero no sé aún cuándo saldrá. Eso sí, será en Más extraño que la ficción.
Un beso.
mipatriasonmiszapatos.com dijo,
noviembre 4, 2010 @ 10:43 am
El año pasado pude disfrutar yo también del Ramadan en el Cairo. Sencillamente increíble poder tener esa experiencia. Me sorprendió estar paseando totalmente solo por el "jalili" a la hora del ocaso, mientras todo el mundo comía en el interior de los locales. Menudos festines se marcan!